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Imaginar en clave colectiva

By In Noticias, Nuestras Publicaciones On 4 octubre, 2020


En julio de 2018, a orillas del Caribe, entre Tolú y Coveñas, por invitación del Colectivo Imagina la Paz y el Hostal De Mar a Mar, se realizó un encuentro con artistas y gestores sucreños a propósito del Festival “Imagina la Paz”. Fundación Divulgar y Plataforma Caníbal facilitaron, en medio del encuentro, una mesa de radio que permitió poner en diálogo la experiencia del grupo a través de unas preguntas provocadoras. El resultado fue documentado y transmitido posteriormente en el programa de radio gestionado por ambas organizaciones. El espacio, contaba con escasa conexión a internet, en contraste con la profunda conexión con el territorio y la comunidad que lo habita.
El propósito de este texto es recoger las reflexiones del encuentro a partir de los ejercicios propuestos. Aquí lo colectivo, la posibilidad de la conexión entre agentes y la generación de circulación se convirtieron en nodos de una conversación de 48 horas.
No puedo evitar evocar la memoria de Eufemia, una ciudad de intercambios en el libro de Las Ciudades Invisibles, de Calvino. En Eufemia los barcos que llegan llenos de unas cosas, zarpan cambiando sus mercancías. Lo especial de la ciudad, sin embargo, no son los bazares y mercados, sino que:

“… de noche, junto a las hogueras que rodean el mercado, sentados sobre costales o barriles, o tendidos sobre pilas de alfombras, a cada palabra que dice uno –como «lobo», «hermana», «tesoro escondido», «batalla», «sarna», «amantes»–, los otros cuentan cada uno su historia de lobos, hermanas, tesoros, sarna, amantes, batalla. Y tú sabes que en el largo viaje que te espera, cuando para permanecer despierto en el balanceo del camello o del junco se empiezan a evocar de uno en uno los propios recuerdos, tu lobo se habrá convertido en otro lobo, tu hermana en una hermana diferente, tu batalla en otra batalla…”

Calvino, Italo. Las ciudades invisibles (Biblioteca Calvino) (Spanish Edition) (Kindle Locations 431-436). Siruela. Kindle Edition. 

Lo generado por este encuentro pasa más por descubrir rutas y posibilidades juntos, en el ejercicio de contar las trayectorias propias. Estas conversaciones revelan que en el campo del arte y la cultura compartimos más de lo que creemos, a pesar de trabajar desde un ecosistema disperso y muchas veces desconectado.

Entre los temas que surgieron recurrentemente estuvieron:

Autogestión/   Autovoluntariado: Para el grupo, uno de los aspectos importantes de la gestión, ha pasado por aprender a gestionar los proyectos propios. En muchos casos se carece de formación específica y la oferta de apoyo desde el estado no tiene cobertura para todos los procesos que se desarrollan en el territorio. Aprender a asumir la gestión ha sido una de las competencias más valiosas para el éxito de las iniciativas, y se convierte en una experiencia vital para los proyectos posteriores.

Aprender haciendo: Si no existe oferta formativa en algunos temas técnicos o no existen suficientes profesionales, la respuesta desde los gestores ha pasado por lanzarse a aprender el oficio en la práctica o sobre la marcha. Reconocer que se requiere una buena dosis de coraje, tolerancia a la frustración y mentalidad de aprendices.

Relación entre lo empírico y lo académico: Moverse a lo largo del espectro entre los conocimientos formales de la academia y los saberes tradicionales de la comunidad es una tarea permanente. Desde la actividad de artistas y gestores se requiere ayudar a poner en valor los saberes y necesidades de las comunidades y reconocer que no hay una solución que sirva para todos los casos.

Trabajar en red: Gran parte del encuentro abordó la pregunta sobre los espacios de circulación de los proyectos. Es necesario preguntarnos con quienes nos relacionamos, qué actores y

espacios favorecen la circulación de nuestras iniciativas y frente a la falta de espacios, asumir la generación de nuevas posibilidades de encuentro desde espacios alternos.

Diseñar con la comunidad: Si no hay una solución que sirva para todos los casos, también es cierto que artistas, gestores e investigadores no podemos pretender diseñar sin la participación de las comunidades. Aquí es importante asumir la diferencia entre permitir el acceso y favorecer la participación real.

Arriesgarse a cruzar el océano: Muchas de las experiencias reforzaban esta idea de valentía frente a los retos. Arriesgarse a “perder de vista la orilla” es una consigna que muchas de las iniciativas han requerido en diversos momentos. Para esto nuevamente lo colectivo es clave. Atravesar juntos los retos.

La transformación de la mirada como destino: Asumir la consigna de cambiar la propia mirada. Si nuestra perspectiva sigue igual después de desarrollar los proyectos es síntoma de que se ha desarrollado desde una relación desigual. La práctica cultural participativa es transformadora.

La cultura también es cuestión de método: muchas de las iniciativas presentadas durante el encuentro eran ejemplo de nuevas maneras de hacer. La forma de trabajar cambia el sentido y potencia los aprendizajes en colectivo.

Uno de los aprendizajes de las jornadas, fue identificar la necesidad de estos espacios de encuentro, de escucha activa de los procesos que gestan esas otras en el territorio. La construcción de lo colectivo no puede darse sin esos momentos de encuentro, sin ese compartir de significados y experiencias construidos y adquiridos en los procesos de cada organización y cada miembro.

Los diálogos completos pueden ser escuchados en los dos episodios del Programa “Radio Caníbal”