📢[T2] HOMENAJE: NORMAN MEJÍA
By Fundacion Divulgar In La-divulgata2, Noticias On 6 septiembre, 2021
UN PROVOCADOR
Norman Mejía, nació en Cartagena en 1938, pero llegó a Barranquilla a los 6 meses de edad, donde se consagró, desde 1957, como un pintor autodidacta de técnica mixta, tonos fuertes y temáticas controversiales. inició sus estudios secundarios en la academia militar de Miami, pero, no fue hasta tu traslado hacia Europa que descubrió su vocación de artista. En 1964, con tan solo 27 años, Mejía regresa a su país natal, en la búsqueda de reconocimiento de sus obras.
Su vasta obra se caracteriza por ser multiforme, deslumbrante e irreverente, lo cual le supuso una sorpresa labrarse un nombre en su país de origen ya que, luego de regresar de su estadía en Europa, se encontró con la realidad artística colombiana la cual consistía en que, para ser considerado un pintor respetable, debía contar con la aprobación de la que, para la época, era la papisa de la crítica del arte, Martha Traba.
Luego de su encuentro con Traba, lo recibe y lo invita a participar en el Salón Nacional, donde ella imperaba. Allí se le concede su primer premio en pintura en 1965 con la obra “La horrible mujer castigadora” utilizando una técnica mixta de gran formato. Este premió causa un gran revuelo ya que, para ese momento, Mejía era un desconocido en el mundo artístico del país.
Sus trabajos en la plástica lo llevaron a participar del festival del arte de vanguardia, así como para realiza una aparición en el gran carnaval cultural que organizaba la oligarquía caleña con la orientación de la aristocracia azucarera de la época.
Sus obras tuvieron poca acogida en las ciudades del Caribe por su estilo realista, pero, pudo alcanzar el éxito en la capital del país consiguiendo las mejores críticas de arte en el país y en Estados Unidos considerándolo una de las estrellas del arte colombiano. Sus líneas expresivas y violentas le dieron vida a una infinidad de lienzos en donde se destacaba la figura femenina siendo torturada, erotizada y maceradas. Sus obras lo llevaron a la fama y, a su vez, a una generalizada incomprensión de su trabajo ya que este reflejaba la vomitiva tragedia nacional.
Con el sueño de labrarse un mejor estatus para su trabajo en el mundo del arte, Mejía viaja a New York en busca de oportunidades. Allí logra exponer en la galería de Marlborough, donde obtuvo una respuesta deprimente: sus cuadros eran admirados por gran cantidad de gente, pero nunca adquiridos por nadie.
Al volver a Colombia en 1992 decide hacer un cambio radical en su estilo en donde su pintura da un vuelco significativo: de horribles mujeres castigadoras a construcciones rosas y azules llenas de muñecas de caucho, objetos heterogéneos, espejos cuarteados, bolas de vidrio, zapatos y frascos de colores.
Sus últimos años de vida transcurrieron en el anonimato de su casa en Puerto Colombia. Cubrió sus ventanas con bolsas de plástico negro y se encerró teniendo únicamente como compañía a su esposa, la también artista, Tilcia Castillo y sus lienzos y pinturas. Su vida trascurrió con total oscuridad hasta su fallecimiento en abril del 2012. En la actualidad existen más de 5000 obras del artista de los cuales, gran parte, aín no se conocen públicamente.
NUESTRO HOMENAJE
AGRADECIMIENTOS
A las divulgateras:
Susana Bacca y Marisela Quiroz
Los editores del sonido:
Los de la voz lab
En el diseño de portada:
Clara Gaviria
Para este episodio compartimos un fragmento sonoro de las palabras que Nicolás Gómez le dedicó a Norman Mejía como parte de la Conferencia virtual llamada Monstruos en papel, del Banco de la República de la ciudad de Manizales.
De ñapa, nos encontramos un documental de William Torres, llamado El Normandá, en donde escuchamos al mismísimo Norman. De complemento escucharan al poeta Eduardo Escobar quien en conversación con el coordinador de Educación del MAMB, comparte algunas memorias y apreciaciones de nuestro homenajeado.
Todo esto acompañado de las historias, apreciaciones y reflexiones de Marisela Quiroz y Susana Bacca.
Se HABLÓ hasta de la casa de Norman, una pieza escultórica que podría desaparecer en cualquier momento por el paso del tiempo pero que ha despertado la curiosidad de muchos.
Apoyo Institucional:
Programa Nacional de concertación cultural del Ministerio de Cultura
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