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Oscar Leone: El cuerpo como prolongación del territorio, una visión ampliada del paisaje.

By In Entrevistas, Noticias On 6 abril, 2016


No podemos hablar del arte contemporáneo en el Caribe colombiano sin antes mencionar a un artista que nos ha enseñado el territorio, su memoria y prácticas culturales a través del cuerpo.

Oscar Leone,  Ariguaní, Magdalena (Colombia), 1975. Vive en la ciudad de Santa Marta y su principal espacio de trabajo es el paisaje natural y cultural del Caribe colombiano. Con la intención de ampliar el concepto de territorio más allá del espacio geográfico, por medio de su cuerpo el artista configura intersticios que hacen posibles relaciones estéticas que conectan la naturaleza y la cultura. Ha realizado exhibiciones en bienales, museos,  galerías y espacios alternos de  países como Colombia, Cuba, Venezuela, Argentina, Brasil, España y Estados Unidos.

La inmersión en el paisaje y la documentación de su proceso de adaptación son un factor relevante en el trabajo de Leone. Lo podemos apreciar en piezas como “Aguacero”, videoperformance que alude a la masacre ocurrida en el año 2000 en la Ciénega Grande de Santa Marta. Ésta pieza hace parte de la colección de arte del Museo del Banco de La República de Colombia, y se podrá apreciar a partir del 14 de abril en la muestra Bucle: Acciones ante la cámara, en el espacio El parqueadero de la ciudad de Bogotá, donde también se exhibirán piezas de artistas como: Bruce Nauman, Joseph Beuys, Vito Acconci, Ana Mendieta, María Teresa Hincapié, Marta Minujín, François Bucher, Jorge Lozano y Julieta María; bajo la curaduría de Ana María Lozano y Luis Fernando Ramírez.

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En esta oportunidad la también artista del cuerpo y curadora colombo-italiana Sandra Miranda Pattin dialoga con el artista sobre algunos aspectos que definen su práctica artística. A continuación la entrevista que Miranda hace a Oscar Leone.

Define performance bajo los preceptos de tu práctica

Es difícil definir qué es performance, sobre todo porque creo que es un lenguaje que aún habita sobre un territorio movedizo, difícil de delimitar, sin embargo voy a atreverme a hacerlo más como una premisa que como una afirmación. Pienso que la o el Performance es un espacio de la conducta desajustado, que implica el desarrollo de un acto o una situación en estado consciente, con el cual se intenta permear la cotidianidad del mundo circundante durante un tiempo determinado.

¿Qué importancia tiene el tiempo y su elasticidad en tu práctica performativa?

Pienso que cuando se está en performance uno puede construir una relación con el presente realmente profunda, dilatando o contrayendo a través de la mecánica de un cuerpo consciente, un tipo de conducta especifica, cuya especificidad y radicalidad muchas veces depende de la repetición, el ritmo, la velocidad, la lentitud y es allí donde precisamente el tiempo logra instalarse como un eje de la dramaturgia que el cuerpo va logrando resolver en su recorrido por el espacio.

¿Consideras indispensable el diálogo con el territorio en tus acciones?

El territorio es hasta ahora lo que ha dado vida a mis proyectos y por esa presencia del territorio en mi obra, he encontrado en los últimos años razones poderosas para reflexionar en torno al tema del paisaje como problema de investigación.

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El Viaje, de la serie Ejercicios de inmensidad, Proyecto Oscilaciones, videoperformance, Colección del artista, Colombia, 2014.

Casi siempre mi trabajo es el fruto de las relaciones que entablo a través de mi cuerpo con el territorio que me es dado habitar durante un tiempo determinado. En ese sentido, es ideal para mi entablar una relación casi afectiva con el espacio donde se espera que pueda activar algo a través de un gesto o una acción; esa relación empieza muchas veces a través de una intuición, que trae consigo también un proceso de investigación sobre el contexto propio del lugar. Ahora bien, no creo en un método absoluto, por lo tanto estoy abierto a esas posibilidades inesperadas que el espacio tiene para mí, de donde puedo extraer unas memorias con las cuales muchas veces voy alimentando un documento o grupo de documentos que intentan dar cuenta del contexto y el problema o imagen que me interesa allí.

Tus acciones no están pensadas para interactuar con el público, ¿Qué diferencia hay entre un performance público y una acción que se documenta?

Creo que cuando elegí mi práctica, lo hice pensando en encontrar un diálogo más directo con la vida, sin mediaciones, sin la preeminencia del espacio escénico que establece para el espectador que eso que tú estás ejecutando es un acto hecho desde la escena para un público. Lógicamente existe un público desde el principio para mi, incluso desde la soledad, existe un público que pareciera estar de manera invisible en el afuera, quizás detrás de la enramada, caminando por ahí desprevenido por la playa o trabajando en su rutina diaria, pero más allá de eso existe un testigo al cual mi cuerpo no se resiste, el lente de la cámara; a partir de ese diálogo con el lente, a través de esa nueva mediación construyo un diálogo con el público desde el documento. Ahora bien, creo que la diferencia de la acción documentada y la acción en público, es que con la primera me tomo el tiempo para tocar el espacio, para trasegar a través de encuentros solitarios que, de acuerdo a cierto plan en el proceso de producción, se materializan ya sea a través de un rodaje, ya sea a través de una imagen planeada que se documenta siguiendo el ritmo de mis necesidades. En cuanto a la acción en público, mis pocos acercamientos me evidencian cierta cualidad quinestésica con el espectador que es difícil transferir al registro, no obstante tiene esto para mí una suerte de teatralidad con la que me cuesta negociar en términos instrumentales.

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Biofilia Amazonas, de la serie Biofilia, Obra Viva Leticia, videoperformance, foto: Sergio Orozco, Colección del artista, Colombia, 2015

¿Cómo se entrena un performer?

Creo que en esto no hay métodos, hay necesidades especiales para un cuerpo que se presenta maleable y debes construir en él a partir de la premisa que es una materia que hay que deformar, elongar, contraer, vaciar, relajar, oscurecer, aclarar, ablandar, endurecer… Cada necesidad o grupo de necesidades dependen de la imagen o el proceso que se pretende construir y a partir de allí entonces, aparece el entrenamiento más adecuado a esos fines.

Si un artista quiere ser performer ¿Qué debería estudiar?

Bueno, insisto en que para esto no existen métodos o reglas absolutas, yo puedo hablar de mi experiencia en particular. En mi caso tuve la fortuna de recibir una influencia decisiva de María Teresa Hincapié, ella tenía un gran rigor en cuanto al entrenamiento físico y en cuanto a la preparación espiritual para sus trabajos; en lo que se refiere a la parte intelectual, recuerdo que ella -que venía del teatro- se interesó muchas veces por el tema de los símbolos y tenía mucha influencia de la antropología y el estudio de las religiones. Ser testigo entonces de esa manera de vivir en el arte y por el arte, influyó mucho en la forma cómo luego me aproximaría a mi trabajo.

Para mi ha sido importante además, construir un conocimiento a través de muchas prácticas físicas que fueron incorporando caminos diversos para el cuerpo en sus posibilidades posturales, pero también en términos de resistencia, gravedad y movimiento. En cuanto al tema intelectual, yo vengo de las ciencias económicas y no sé cómo, pero esto ha permeado mis preguntas artísticas y en ese sentido ya que precisamente mi estructura intelectual adulta, no fue cimentada en una escuela de artes, me ha tocado construir casi de manera solitaria mis preguntas, intentando indagar por medios diversos como el cine, los medios, la literatura y la historia del arte, algunos problemas que conciernen al terreno de la estética.

En lo que atañe al horizonte inmediato de cada trabajo, pienso que el performer debe estudiar el espacio, ahondar en sus potencialidades, preguntarse por unos materiales, conocerlos, para luego entablar un diálogo entre éstos, su cuerpo y el espacio, todo esto circunscrito al tiempo donde ha de existir la obra.

¿Cómo te preparas para tus acciones?

Para mi es simple, entreno siguiendo una rutina determinada de ejercicios como cualquier persona que cuida su cuerpo por salud y por vanidad, entreno y entreno estando consciente que lo estoy haciendo en gran medida para estar listo cuando quiera correr o saltar, caer, flotar o quedarme quieto. Ese entrenamiento puede durar meses o años, como sucede ahora que estoy aprendiendo boxeo desde hace un tiempo para una serie de acciones que no sé aún cómo serán, ni cuándo van a acontecer. Así funciona casi siempre, mantengo mi cuerpo en actividad sabiendo que debo estar preparado, en especial para el momento donde me urge materializar una idea dentro de un proyecto accionario y entonces, cuando llega ese instante de producir la obra, ya está.

Si me preguntaras por la preparación espiritual, diré que el performance cuando vuelve a mi cotidianidad, permea muchos de mis momentos de vigilia y de sueño y está en constante diálogo con mis reflexiones, no obstante no medito, ni ayuno y tampoco me retiro al silencio durante varios días como lo hacen algunos artistas.

Si tuvieras que definir en una sola palabra tu obra, ¿Cuál sería?

Hummmmm… Te confieso que en este momento, no puedo con una sola palabra.

Háblanos de la experiencia de involucrar a las comunidades en tus acciones.

Cuando hablo de la idea de paisaje, pretendo evidenciar que el paisaje no es sólo geográfico sino también cultural, siguiendo esa ruta trato de ser consciente que el espacio lo pueblan muchas presencias y la presencia humana funciona como un catalizador de algunas dinámicas del medio, esto es lo antrópico; encuentro entonces de esta manera algo que permea casi todas mis reflexiones, la idea de intervenir el espacio y eso algunas veces ocurre en compañía. Entonces llega la necesidad de conectarme con una comunidad unida a un espacio particular, a la cual me voy acercando lentamente para luego proponer una idea que requiere en este caso del concurso de varios para materializarse, pero sólo cuando ya existe cierta confianza entre ambas partes. Luego, previo al trabajo de la acción explico al grupo que invito a participar en ella cuál es mi intención y cuáles son las implicaciones de hacerlo en términos físicos y a nivel del tiempo de trabajo; al finalizar y luego de una post-producción, generalmente socializo lo alcanzado. En cuanto a las reacciones de la gente que participa en la acciones, pienso que por lo general, la gente lo hace pensando en colaborar para la construcción de una imagen, ofreciéndose la oportunidad de alterar por un momento la cotidianidad de sus vidas y bueno, al finalizar algunos se quedan quizás con una pequeña reflexión, pero a veces tal vez sea sólo con un recuerdo.

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La Caza de Asterión, Acción colectiva, fotografía: Juan Carlos Camargo, 2008

¿Que significa ser un artista en un territorio como Colombia donde la mayor parte de las actividades artísticas suceden en la capital?

Es evidente que en una sociedad como la colombiana, donde la idea de centro influye no sólo en las decisiones políticas y la economía nacional, vivir fuera de él implica cierto nivel de marginación en el circuito del arte. No obstante para mi desde el principio elegir este espacio para producir mi obra fue una decisión política, siendo consciente que mi trabajo se plantea preguntas que no sólo le conciernen a una región como al Caribe por ejemplo ni al país en el mejor de los términos, más bien prefiero pensar en términos planetarios porque precisamente los problemas del hábitat nos son comunes a todos los ciudadanos del planeta y en ese sentido, lo que hago creo que puede ser motivo de reflexión para cualquier ciudadano ya sea en Santa Marta, Beijing, Nueva York o Vancouver.

¿Cuál es la obra, el performance o el registro?

Depende. Hay obras que existen en una dimensión tiempo-espacio que reclaman una duración específica y su documentación simplemente pretende suministrar un registro fiel de lo ocurrido, en este caso un plano secuencia o una cámara fija que captura como un testigo completamente objetivo; allí la Acción se ha ejecutado para el espacio y es allí donde ésta reclama su existencia como algo que ya aconteció.

Ahora bien, cuando el performance es pensado en términos de encuadres y secuencias de movimiento, donde el ejecutante dialoga con la cámara persiguiendo una imagen o conjunto de imágenes que luego serán reelaboradas en un proceso de edición, estamos hablando de un video-performance, en ese sentido pienso que la obra es el resultado final. Sin embargo, ya sea pensando desde el principio en llevar el material como un rompecabezas hasta el proceso de edición, ya se concentre uno en volcar toda su voluntad creativa simplemente en la ejecución, para mí siempre hay un lugar de la obra que habitará allí donde vivió el cuerpo, donde aconteció el gesto, donde estalló el acto.

En algunos vídeos tu interacción con la naturaleza parece ser una suplantación de los animales (hablo específicamente de BEIJA) ¿no sería esto actuar en vez de hacer performance? 

Bueno en el caso de Beija Flor, ocurre lo que ocurre muchas veces para mi cuando encuentro una materia que me interesa o un espacio que me transmite algo, me dejo guiar por una sensación o lo que algunos llamarían una intuición. Beija flor es el ejemplo palpable de eso, exploraba el espacio físico y exploraba para el encuadre y pienso que buscaba intuitivamente encontrarme con una sensación orgánica conducida a través del movimiento que me hacía conectarme con un estado casi animal, aunque debo reconocer que eso se materializaba a los ojos del registro, luego al presenciar la imagen sentí que algo de esto me trasmitía la potencia del vuelo de una pequeña ave o de un insecto. Un tiempo después, pensando darle nombre a lo que había ocurrido, estando en Brasil, una mañana en Sao Paulo que un colibrí entró a la casa donde me hospedaba, mis amigos allí me dijeron que en portugués colibrí era beija-flor, ese día supe que así se llamaría esta pieza, lo que más podía acercarse a mi sensación. Ahora bien, pienso que a veces en la búsqueda profunda de una pregunta hay que disolver los límites y bueno… en este caso no sé si lo que ocurrió se acerque a la idea de actuar, pero pienso que yo no era un colibrí, era algo diferente, algo nuevo que vivía en su pulsión animal a través de mi.

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Un Jesús Vol. 2 / de la serie Ejercicios de inmensidad, Proyecto Oscilaciones, video-performance, Colección del artista, Colombia, 2014

Tu obra me recuerda algunas cosas de Rodrigo Braga, el artista brasileño que interactúa con la naturaleza, ¿Te sientes relacionado con él de algún modo?

Bueno, creo que sería imposible a los ojos de una imagen no entrar en contacto con preocupaciones comunes, cuando ésta alimenta vasos comunicantes o miradas que se cruzan, sin embargo sería muy apresurado decir que el proceso que estoy construyendo a través de algunos trabajos de la serie “Biofilia” por ejemplo, están conectados con los de Rodrigo Braga. Hace un par de años precisamente tuve la fortuna de compartir con él en un Seminario de Arte y Naturaleza que organizaba la Universidad de Sao Paulo donde nos habían invitado a los dos como ponentes y quedé impresionado por la belleza y la calidad de su trabajo que hasta ese momento poco conocía. Desde entonces pienso que si bien tenemos en común para este caso una pregunta relacionada con esos trayectos donde la naturaleza (no lo animal específicamente) se cruza con lo humano, me atrevería a decir que mi interés no es metamorfoseante o sincrético como podría atreverme a decir que ocurre de manera muy fuerte en la obra de Rodrigo; mi cuerpo extrae de sí mismo en sus posibilidades biométricas la pregunta y cuando entra en juego lo animal, este se hace presente en mi corporeidad sin fragmentaciones, es la presencia total del animal a la que me aproximo y trato de tocar. No obstante a pesar de todo eso, creo que la obra de Rodrigo es muy vasta y no deja ser fascinante pensar que en un momento dado pueda cruzarme con su mirada.

¿Cuál es la pulsión que te produce la idea de naturaleza?

Bueno, creo que al hablar de naturaleza, no puedo evitar percibir que nos persigue una noción de naturaleza que pareciera hoy habitar en un mundo de nostalgias. A menudo cuando se nos pregunta por ella, una suerte de nostalgia del paraíso nos interpela quizás porque el espíritu de lo que reconocemos como naturaleza, sigue habitando ese instante de transición entre la pre-modernidad y la modernidad y creo que en el caso del arte, la pintura romántica es uno de los grandes testimonios de eso. Creo que en esa visión nihilista del mundo captada por los románticos, se capturó esa gran escisión entre el hombre y la naturaleza que aconteció con el advenimiento de la modernidad y es precisamente esa visión la que aún nos sobrevive; la misma poesía romántica refuerza esa gran pérdida y en el mundo del arte del siglo XX, Beuys por ejemplo acude a la voz de Novalis para salir al reencuentro con ese paraíso perdido. En mi caso pienso que no puedo evitar sustraerme a esa emoción romántica que me produce el contacto con la vida de los elementos, la vida que acontece más allá del mundo civilizado de las ciudades.

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Un Jesús Vol. 3 Tierra del Fuego, de la serie Ejercicios de Inmensidad, Proyecto arte in-situ, videoperformance, Colección del artista, Argentina, 2015

¿Qué tan importante es convertirse en una voz del territorio que se habita, viniendo de un país donde los artistas hablan en modo tal vez desmedido de la violencia que lo ha aquejado siempre? Pienso en Ai Wei Wei que declara como habiéndose convertido en el artista mas famoso de China se convirtió en una responsabilidad inevitable para él, ser la voz de los demás, contar las falencias de su país a través de su obra, porque sabe que serán escuchadas y vistas por el mundo.

Creo que más que eso es importante volverse la voz de la conciencia de uno mismo, ya sea hablando de una memoria social o política, ya sea haciéndose preguntas sobre el género, la representación de los medios, la comunicación, el planeta entre muchas más. Creo que cuando se abordan preguntas emparentadas con tema del territorio, un territorio que debe su construcción a las tensiones humanas que lo resignifican todo el tiempo, es casi imposible que en un momento dado te sientas asaltado por cierto espíritu mesiánico sobre todo cuando llegas a vivir de cerca la realidad de ese otro marginado e invisibilizado, entonces es ahí cuando te pones la máscara de “ser la voz de los otros”, cosa que puede ser insoportable llevar, si vuelves de eso tu razón de ser como artista y como ciudadano.

¿Crees que es importante perseguir la belleza?

Con esa pregunta me metes en aprietos Sandra. Hoy en día es políticamente incorrecto hablar de lo bello, porque parece un valor moral intoxicado por una tradición que hace más de dos mil años se llamaría “Occidente”, aunque también lo bello adhiere a una noción enraizada en los valores de todas las culturas. Por esto último, me atrevería a decir que la búsqueda de lo bello sigue latiendo al interior del arte, llámenlo como quieran llamarlo los artistas desde Leonardo pasando por Van Gogh hasta llegar a Pollock, Warhol, Beuys o Kosuth.

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Biofilia Amazonas, de la serie Biofilia, Obra viva Banrep Leticia, videoperformance, fotografía Sergio Orozco, Colección del artista, Colombia, 2015.

¿Para qué sirve el arte?

Creo que en la mayoría de los casos para nada, pero como todo aquello que es del espíritu, a veces logra transformar.

¿Qué diferencia hay entre el performance y el teatro o cualquier otra arte escénica?

Bueno, generalmente creo que uno tiene momentos en la vida donde quiere crear oposiciones, distinciones o separaciones y, durante mucho tiempo para mí –tal vez por la influencia de María Teresa Hincapié quien venía del teatro- existía una necesidad de crear una frontera entre lo que podía considerado una representación y aquello que pretendía adherir a la vida y por lo tanto la presentaba en su totalidad, esto último para aludir a la noción de performance. Sin embargo estos últimos años en los cuales he trabajado rodeado de menos voces, he llegado a sentir que en muchas ocasiones las fronteras se diluyen y que incluso otros lenguajes acuden, como el caso del cine o el video; eso me hace pensar que poco importa para mi ahora parcelar lo que hago y entonces a veces más que “un chamán” simplemente me siento como “un actor” y muchas veces me siento como “yo mismo” intentando hacer parte de un acto que se vuelve imagen para los otros.

¿Qué es belleza?

Creo que la belleza nace de la imaginación y a veces de una emoción inmediata que te sobrecoge de manera repentina. Hace un tiempo tuve un sueño, soñé que mi abuela caminaba despacio, como en la oscuridad. Corrían aquellos días de su vida en los cuales la demencia senil la había alejado de la realidad; entonces ella, que iba vestida con la misma bata azul celeste que le pusimos una mañana después de bañarla, caminaba despacito y a veces llovía en el camino sobre el que avanzaba, llovía a veces pero también parecía que era simplemente un chorro de agua el que la mojaba con suavidad y a veces con violencia. Creo que esto es la belleza, no podría encontrar palabras sino estas emociones o imágenes para describirla.

Aguacero, de la serie Ejercicios de inmensidad, Proyecto Madreagua, videoperformance, fotografía Eduardo Revollo, Colección Banco de la República, Colombia, 2010

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*Sandra Miranda Pattin. Estudia Bellas Artes en Florencia, Italia, donde vive durante 13 años. Ha expuesto ampliamente en Europa, China y Sur America. Sus obras hacen parte de colecciones publicas tales como: DiArt Fondazione d’Arte Contemporanea, Sicilia, Italia, Centro Colombo Americano, Bogotá, Colombia, B&BArt Museo de Arte Contemporáneo, Cerdeña, Italia y varias privadas en Italia, USA y Colombia. Ha trabajo ampliamente en el campo curatorial como Directora de los proyectos Internacionales de la Bienal de Florencia (2001-2011), curando proyectos específicos como la video instalación de Marina Abramovic, la personal del controversial artista Shu Yong en Florencia y la participación de artistas como Gilbert & George, Christo & Jeanne Claude, Richard Anuskiewicz y David Hockney entre otros. Fundo la revista internacional ArtSEEN Journal y el proyecto Sillón 8 en Colombia. Vive y trabaja entre Colombia, Italia y Estados Unidos.

Sitio Vimeo Oscar leone: https://vimeo.com/oscarleone


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